Día Internacional del Orgasmo Femenino

Día Internacional del Orgasmo Femenino

 

 

El Día Internacional del Orgasmo Femenino se celebra el 8 de agosto.

El Día Internacional del Orgasmo Femenino se conmemora anualmente el 8 de agosto en Latinoamérica y en otros países del mundo con el objetivo de crear conciencia sobre la sexualidad femenina y el derecho al placer de las mujeres.

En países angloparlantes y lusohablantes como Australia, Brasil, Canadá. EE. UU., Portugal y el Reino Unido, se celebra el Día Nacional del Orgasmo el 31 de julio.

El 2001, el exconcejal José Arimateia Dantas Lacerda promovió el día del orgasmo a conmemorarse el 9 de mayo en la ciudad de Esperantina del estado de Piauí en Brasil a través del proyecto de ley n. 1037/05.

 

La cámara municipal aprobó la ley estableciendo «que el orgasmo es un factor de alivio del estrés, responsable de la armonía familiar y que muchas mujeres no confiesan que no logran alcanzar el orgasmo y, por lo tanto, el matrimonio termina en separación».

De acuerdo a una declaración de Lacerda el 2011 al diario O Globo:

El Día de el Orgasmo en la mujer  fue creado para obligar al gobierno a discutir cuestiones de sexualidad, desde la eyaculación precoz hasta la frigidez, pasando por el sexo y el placer en la adolescencia y la vejez

 

Un concejal de la ciudad brasileña de Esperantina propuso en 2001 al Ayuntamiento instaurar el Día Internacional del Orgasmo Femenino, alarmado por el dato, procedente de un sondeo, de que el 28% de las habitantes del pobre y conservador Estado de Piauí no alcanzaban habitualmente el clímax.

Al alcalde de entonces aquello le pareció «pornografía», pero la celebración siguió convocando a expertos cada año con el objetivo de mejorar los conocimientos anatómicos, las técnicas amatorias y la comunicación de pareja de la población para terminar con aquella anomalía.

Un cambio político en 2005 permitió oficializar la onomástica y, aunque ninguna agencia de Naciones Unidas la respalde, los expertos coinciden en que el éxtasis sexual es un dechado de virtudes para la mente y el cuerpo.

Durante entre 3 y 30 segundos, el organismo relaja la tensión acumulada en la fase de excitación y libera gran cantidad de hormonas relacionadas con el bienestar, por lo que combate el estrés y el insomnio, calma los dolores, previene la depresión y, gracias a la activación de la circulación sanguínea, mejora la piel.

Sobre el placer femenino y la eyaculación de la mujer siempre han corrido muchos bulos, quizá porque quienes hablaban de él eran hombres.

 

A mediados del siglo XIX se consideraba que el orgasmo era una espita para curar la enfermedad de la ‘histeria’, de modo que los médicos ‘aliviaban’ a sus pacientes con un tratamiento eufemísticamente llamado «masaje pélvico».

Tanto trajín manual era extenuante para los facultativos más visitados y en 1870 se inventó el primer vibrador eléctrico.

Entonces llegó Sigmund Freud para decirles a las mujeres que en un orgasmo de una mujer, lo ‘normal’, pasada la adolescencia, es alcanzar el éxtasis mediante la penetración, pese a la machacona evidencia de que, para la gran mayoría, la cópula no es la práctica más satisfactoria.

Su distinción entre orgasmo vaginal y clitoridiano está hoy superada.

Masters y Johnson pusieron las cosas en su sitio en 1966 tras estudiar 10.000 actos sexuales, tanto solitarios como en pareja: la respuesta fisiológica es la misma sea cual sea la zona estimulada.

Muchos especialistas aseguran que el famoso ‘punto G’ es, en realidad, parte del clítoris, una compleja estructura erógena con más de 8.000 terminaciones nerviosas y ramificaciones dentro de la vagina.

 

Extravagancia anatómica

 

El éxtasis sexual femenino es, en general, más largo que el masculino, con la ventaja de que no precisa un periodo de reposo para repetirse.

Otra diferencia es que no tiene una función reproductiva: mientras en los varones el acto sexual termina con la eyaculación, en las mujeres no tiene relación con la fertilidad.

Algunos apuntan que el clítoris, el único órgano cuya función exclusiva es deleitar a su propietaria, es el vestigio evolutivo de una época en la que un pico de intenso disfrute estimulaba la ovulación, un mecanismo que aún existe en las conejas y las gatas.

Pese a que el discurso sobre el placer femenino sigue insistiendo en su pretendido carácter ‘misterioso’, ‘complejo’ o ‘esquivo’, algunos estudios confirman, por el contrario, que todo es muy sencillo.

 

Salvo contadas excepciones, no hay mujeres anorgásmicas, sino hombres egoístas, inexpertos o buscando en el sitio equivocado.

Esto explicaría que dos de cada tres féminas admitan haber fingido alguna vez un orgasmo, bien para no herir el ego de sus parejas, bien para evitar que el coito se eternice cuando no tiene visos de mejorar (para ellas).

 

El orgasmo femenino se caracteriza por una serie de contracciones rítmicas y placenteras en el cuerpo, por lo general en el útero, vagina y músculos pélvicos.

Según fuentes no brasileñas, el origen del día internacional del orgasmo femenino se remonta al 2006 cuando el mismo Dantas estableció una ley municipal que promovía el esfuerzo de la población para que las mujeres alcanzaran el orgasmo como una cuestión de salud pública.​

En estas versiones, el concejal decidió promover la ley en base a un estudio a nivel de encuestas de la Universidad Federal de Piauí que concluyó que tan solo el 28 % de las mujeres lograban llegar al orgasmo en la región.

Algunas fuentes señalan que se cambió el día de la celebración del 9 de mayo al 8 de agosto.

En Brasil el Día Nacional del Orgasmo se pasó al 31 de julio, fecha en que se conmemora en países angloparlantes.

La sexóloga Valérie Tasso, escritora y embajadora de la marca sueca de juguetes eróticos LELO, ha elaborado un listado con cinco mitos sobre el orgasmo femenino que hay que desterrar de una vez por todas.

 

Se produce gracias al coito. FALSO. La vagina no tiene casi terminaciones nerviosas.

  • el clítoris: 8.500.
  • Hay mujeres que pueden ser multiorgásmicasy otras no. FALSO. «Todas pueden serlo a poco que se lo permitan».
  • Depende de la pareja. FALSO. El orgasmo no lo provoca la persona con la que se interactúa, depende de una misma.
  • Con la edad, es más difícil alcanzarlo. FALSO.Ningún estudio científico puede asegurarlo.
  • La anorgasmia femenina ocurre porque hay algo fisiológico que no funciona. FALSO. En la gran mayoría de los casos se trata de un problema de orden psicológico: miedo a perder el control, falta de conocimiento de la propia anatomía, educación represiva, traumas vividos, sentimiento de culpabilidad, etc.

 

Cada 8 de agosto se celebra el Día Mundial del Orgasmo Femenino, una fecha que nos recuerda la capacidad transformadora de la sexualidad, la oportunidad que nos brinda para conocernos a nosotros mismos y propiciar nuestra propia evolución.

Se dice que en Noruega es feriado y en Dinamarca el orgasmo es obligatorio, lo que significa que el hombre que no cumple con satisfacer a su mujer es multado con un año de abstinencia vigilada por una mujer policía.

Esta fecha ha empezado a reconocerse a lo largo de los años al conocer la historia.

Hoy se conmemora la celebración extendida en muchos países del planeta, en una tendencia celebratoria totalmente justificada y comprensible hacia el que quizá sea uno de los actos más extraordinarios de la existencia.

La fecha se aprovecha sobre todo para festejarla en la práctica, también es posible aprovecharla para reflexionar sobre el orgasmo como una práctica que se construye día a día, que de algún modo requiere reflexión al mismo tiempo que nos otorga conocimiento sobre nosotros mismos.

Puede decirse que la mujer conoce una parte sumamente importante de sí durante el orgasmo, conocimiento que no podría obtener de otra forma.

 

Lo que le ocurre al cerebro durante un orgasmo

 

No existe una definición universal que pueda describir por completo lo que es un orgasmo, ya que todos somos muy distintos.

Sin embargo, suelen señalarse muchas cosas en común en todos los casos y todos podemos coincidir en algo. Se trata de una experiencia de placer intenso y satisfacción increíble.



Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE) el orgasmo es simplemente:

«La culminación del placer sexual.»

 

Mientras tanto, el Diccionario Inglés de Oxford (ODO), lo define como: «…la excitación sexual caracterizado por un intenso sentimiento de placer concentrado en los genitales…»

Estas descripciones nos pueden parecer muy sintéticas pero de hecho explican lo que llamamos orgasmo.

La cuestión es que cada aspecto del orgasmo ha sido analizado durante años por todo tipo de investigadores y ha sido siempre un tema de debate.

Lo que siempre ha quedado claro es lo que sucede con el cuerpo. No es de extrañar que en tan complejo mecanismo el cerebro esté fuertemente involucrado.

De todos modos las indagaciones en torno al orgasmo continúan en desarrollo constante.

Lo que se busca determinar con exactitud es qué le ocurre al cerebro durante el orgasmo.

El sistema nervioso y el cerebro son de suma importancia en todos los aspectos de nuestra vida y por supuesto ocurre lo mismo con los orgasmos. Sin el envío de impulsos nerviosos a la médula espinal y el cerebro, no habría orgasmos.

 

La zona de los genitales está plagada de diferentes nervios que envían información al cerebro para que éste entienda la experiencia que se está viviendo. Según los diferentes nervios se producen diferentes sensaciones.

Ello explica que por ejemplo en las mujeres un orgasmo producido por la estimulación del clítoris sea distinto al producido por una penetración, lo que se debe a que distintas terminaciones nerviosas producen distintas sensaciones.

Sabemos entonces que en el orgasmo los nervios juegan un rol fundamental y es por esto que en la zona genital existe una enorme cantidad de nervios.

Solo en el clítoris existe una concentración de más de 8000 terminaciones nerviosas, y estos a su vez están conectados por nervios más largos que se comunican nada con la espina dorsal.

Los nervios de la zona genital que más trabajan durante la transmisión del orgasmo son:

  • El nervio hipogástrico: transmite desde el útero y el cuello del útero en las mujeres y desde la próstata en hombres.
  • El nervio pélvico: transmite desde la vagina y el cuello del útero en las mujeres y desde el recto en ambos sexos.
  • El nervio pudendo: transmite desde el clítoris en las mujeres y desde el escroto en los hombres.
  • El nervio vago: transmite desde el cuello del útero, el útero y la vagina.

 

Todos estos nervios trabajan en la transmisión de estímulos hacia la espina dorsal, razón por la cual aquellas personas cuya espina dorsal está dañada suelen tener problemas para lograr un orgasmo.

Durante la estimulación sexual y el orgasmo, distintas áreas del cerebro son bombardeadas con estímulos nerviosos e información que le permiten saber qué está sucediendo y que se siente muy bien.

Existe un centro de placer en el cerebro. Es quien se encarga de señalar qué es lo placentero y hasta de motivarte a ti mismo a tocarte buscando placer.

A este centro de placer también se lo llama circuito de recompensa y funciona con distintos tipos de placer, desde el sexual al que se produce mientras nos reímos o hasta cuando se consume alguna droga.

 

Se pone en marcha frente al placer y algunas de las áreas del cerebro afectadas por éste son:

  • La amígdala: es la encargada de regular las emociones.
  • El núcleo accumbens: es el encargado de controlar la liberación de dopamina.
  • El área tegmental ventral: es la encargada de la liberación de dopamina.
  • El cerebelo: es el encargado de controlar las funciones musculares.
  • La glándula pituitaria: es la encargada de la liberación de endorfinas beta (disminuyen el dolor), la oxitocina. (aumenta el sentimiento de confianza) y la vasopresina (aumenta el sentimiento de unión).

 

La investigación sobre el cerebro y el orgasmo

 

Entre finales de 1990 y mediados del 2000 se llevaron a cabo una serie de complejas investigaciones en la Universidad de Groningen en Holanda, para estudiar la relación entre el cerebro y el orgasmo.

Se utilizaron distintos artefactos de última generación para analizar mediante escaneos cerebrales lo que ocurría en el centro de placer del cerebro durante el orgasmo en hombres y mujeres antes, durante y después del orgasmo.

Uno de los factores que se logró determinar es que el cerebro de la mujer y el del hombre no presentan diferencias significantes frente al orgasmo y que ambos responden de manera muy similar.

En ambos la zona del cerebro ubicada detrás del ojo izquierdo conocida como corteza orbitofrontal, sencillamente se apaga.

La corteza orbitofrontal es la parte del cerebro encargado de los procesos que implican la razón y el control. Cuando se tiene un orgasmo, se pierden la razón y el control por completo.

Lo que le ocurre al cerebro durante el orgasmo se puede comparar a lo que le ocurre bajo los efectos de la heroína.

 

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Referencias;

  • elmundo.es/yodona/lifestyle/
  • mundo.culturizando.com/dia-mundial-del-orgasmo-femenino/
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